El Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica ha venido realizando una labor de difusión artística invaluable en el último tiempo. Con el estreno a comienzos de este año de L'Orfeo de Monteverdi (puedes leer mi comentario aquí) el acierto fue sencillamente histórico. Originalmente para este año, el año Handel, se había anunciado una Agrippina, que por cuestiones de financiamiento no pudo ser montada (espero que no se haya desechado la idea eso sí). Como reemplazo se programaron para hoy dos funciones consecutivas de La serva padrona de Pergolesi, un intermezzo de humor blanco que fue presentado actualizado por una puesta de Miryam Singer. Fue todo color y broma, mucho humor físico (un elocuente Eduardo Rojas en el rol mudo de Vespone), y un excelente desempeño musical por un conjunto instrumental liderado por el siempre histriónico David Núñez. Coronando la kitsch escenografía, una imagen de Catalina Saavedra, la nana de La nana. Interesante referencia para una obra en la que Serpina, la "serva padrona", es todo menos el monstruo que Saavedra es en la película. ¿Más maldad macabra habría funcionado mejor? No lo creo. Fue solo una referencia/homenaje. Aunque...quien sabe, tal vez haya un Calixto Bieito local que se sienta tentado a tomar ese rumbro.
[Nota del 29.9.9: Puedes leer un comentario más extenso aquí.]
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